La hipersexualización consiste en la exaltación de los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades. En el caso de las niñas, niños y adolescentes, dicho fenómeno ha sido invisibilizado, normalizado e incluso legitimado a través de los medios de comunicación y las redes digitales debido al alcance a nivel social y cultural que tienen en la actualidad.
La hipersexualización exalta la sexualidad de los pequeños al ser presentados como mini adultos, lo que provoca que se expongan a situaciones que no son adecuadas para su madurez emocional.
Este fenómeno se refleja en la ropa, los juguetes, los videojuegos o las salas de televisión destinadas a los niños; los menores son bombardeados con modelos de éxito social con los atributos que el mercado impone y no por cualidades personales o profesionales.
Los medios masivos y la erotización temprana
Muchos pequeños están en persistente contacto con imágenes hipersexualizadas, al mismo tiempo que se les vende la idea de que tienen que verse sexis a toda costa, expuestas/os a estrictas dietas para conseguir la figura perfecta.
La industria de la moda y los cosméticos, la publicidad, las revistas, los videoclips e incluso algunos juguetes y programas infantiles como las Barbies o las Bratz, construyen un imaginario social absolutamente erotizado.
Los niños/as además suelen utilizar dispositivos móviles y navegar en las redes frecuentemente, sin supervisión. Los medios masivos, dado su extenso radio de proyección, llegan casi a la totalidad de personas, incluidas niñas, niños y adolescentes, con poco o nulo control sobre su contenido.
En 2006, la Asociación de Psicología Americana (APA) publicó un documento en el que evidenciaba la tendencia a la sexualización de las niñas, niños y adolescentes en las sociedades modernas. En este documento se informó sobre el fenómeno que abarcaba videojuegos y series de televisión e inoculaba de manera sutil el erotismo prematuro en el mundo infantil. El mismo mostró que “las niñas a partir de los cuatro años son bombardeadas con modelos de éxito social que triunfan gracias a sus atributos físicos, a las medidas que el mercado impone, pero no por sus cualidades personales y profesionales”.
Fuente: Revista Sexología y Sociedad. 2021; 27(2) 236-254 ISSN 1682-0045. Versión electrónica
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